martes, 30 de septiembre de 2014

El puente

El viejo puente de piedra. Cada vez que lo cruzo me pregunto cuántos inviernos, cuántas pisadas, cuántos besos habrá conocido.

Hay gente que cree que es un símbolo de unión. Yo creo que no van muy desencaminados, pues éste en concreto une lo moderno con lo antiguo.

El coche con la mula y el carro.

La avenida ancha con la callejuela estrecha.

Las tradiciones con las nuevas costumbres.

Los edificios de ladrillo con las casas de piedra.

También puede ser un símbolo de resistencia, pues ha conocido tempestades, lluvias, vientos y hasta una guerra sin derrumbarse.

Y es amable, pues no impide a nadie franquearlo, y se toma la molestia de iluminarse por la noche para que nadie tropiece al cruzarlo, aunque posiblemente también sea porque es un poco presumido y quiere lucir guapo en cualquier ocasión. Pero guardémosle el secreto, ¿vale?.


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